A mediados de los años 60 Uruguay se encontraba sumergido en la crisis más profunda de su historia. Los gobernantes mostraban su incapacidad para corregir la economía, mientras la sociedad comenzaba a reclamar soluciones, cada vez con más vigor. Presionado por los organismos internacionales y amenazado por las dictaduras vecinas, el gobierno de Pacheco Areco aplicó una política de ajuste que debía ser acompañada de un fuerte embate represivo. El desborde del gobierno sorprendió a la sociedad movilizada, que reaccionó con energía pero que se sintió abandonada por las mayorías partidarias. Este libro describe el impacto de la política represiva y la realineación de las fuerzas políticas, en un reequilibrio que marcaría los siguientes cincuenta años.