La literatura uruguaya, como tantas otras, ha construido una iconografía sobre sus autores más relevantes: Onetti postrado en su cama, Felisberto sentado al piano, Vilariño de gabardina, Quiroga recostado contra una palmera. En las últimas décadas, la banalización de la imagen a partir de la hiperaccesibilidad a lo fotográfico desde cualquier celular—impensable sin el arrollador avance de las redes sociales—, propició un vaciamiento del sentido del símbolo por la mera transparencia entre el autor y su público. Narrativa Nativa devuelve el valor representacional del retrato a sus autores, a la vez que oficia de puerta de entrada o de consulta a la literatura uruguaya. El resultado es un libro de fotografías a 38 narradores uruguayos, ordenadas por fecha de primera publicación en narrativa, que abarca un período de 50 años de literatura. Pero el registro no se agota en el retrato mismo, sino que presenta una novedad al jugar con temáticas, personajes, escenarios o imaginería de sus obras. Asimismo, incluye textos críticos de cada uno de los escritores retratados y sus bibliografías. Lejos de sellar un nuevo canon, este libro pretende ser un disparador, el primer trazo para una nueva cartografía de las letras uruguayas contemporáneas.
Un nuevo tirano asciende al poder en una sociedad donde los buenos valores parecen estar muy lejanos. El antiguo emperador de Francia, Napoleón Bonaparte, reencarna en la actualidad como Mikael Landowski y, treinta y ocho años más tarde, alcanza la banda presidencial uruguaya. Lentamente irá estableciendo un régimen autoritario en medio del caos de un pueblo que ha perdido toda credibilidad en sus gobernantes. Mientras tanto, a tres años de su regreso, el Prócer está expuesto y ya no es un mito. Grupos radicales son apoyados por el actual mandatario con el fin de quebrarlo y evitar una futura amenaza para su gobierno.
Título: “Los teléfonos de papel”.
Autor: Felipe Polleri.
Género: Narrativa.
Páginas: 108.
P.V.P.: $ 330.
Sello: Hum.
Otra novela de Polleri. Esto es: la vida de un artista (en este caso un novelista y dramaturgo, fundador del Teatro de la Locura), descreído y violento, que odia su cuna de oro y todo lo que vino después. La poesía de su prosa, la Belleza, es solo otra coartada.
“En su narrativa el verdadero protagonista es un estilo rabiosamente original, divertido e inclasificable, del que no hay manera de salir ileso. Un autor de culto instantáneo”
Martín Solares (México)
“Guiado por un Otro –rabioso, infantil, caníbal, herido, delirante, resentido, monstruoso– que le dicta al oído lo que debe escribir, Polleri obedece porque, de lo contrario, se convertiría en un asesino en serie.”
Rubén A. Arribas (CTXT, España)
“Una escritura potente, feroz, sin concesiones, políticamente incorrecta. Leerlo es una intensa experiencia con un lenguaje que puede trastocar la existencia.”
Diego Gándara (La Razón, España)
Título: “El ABC de Byobu”.
Autor: Ida Vitale.
Género: Poesía.
Páginas: 84.
P.V.P.: $ 320.
Sello: Estuario.
Un breve tratado sobre lo mínimo, lo modesto, lo inútil: tal es un intento por describir en una frase El ABC de Byobu. Un intento bastante fallido. Porque un tratado supone un afán de enseñanza y en este libro no hay ese afán: hay poesía. Hay un personaje: Byobu. Que vive, que percibe, que reflexiona sobre lo mínimo, lo modesto, lo inútil. Hay una poeta: Ida Vitale, quien a través de la creación de un personaje, hace de la poesía un ejercicio de conocimiento. No hay, entonces, afán de enseñanza en estas páginas, sino posibilidad de experiencia. Aquí la palabra no busca tan sólo transmitir un sentido ni ser pronunciada sin más sentido que su propia belleza. No, en El ABC de Byobu, Vitale logra que la palabra adquiera la plenitud de un sentido más. Así: vista, oído, tacto, gusto, olfato y palabra. Su ambición: la realidad. La percepción de la realidad. La experiencia de la realidad desde su más mínima manifestación: un neutrino. O menos. Mucho menos. Porque así como el perfume le está vedado a los ojos, hay cosas que solo son perceptibles mediante la palabra. En última instancia, podría decirse que Byobu, “el expuesto por excelencia”, más que un personaje, es un estado de conciencia, una disposición verbal. Leyendo su alfabeto nos exponemos a lo mínimo, lo modesto y lo inútil de cuya suma resulta el mundo.
Luis Felipe Fabre
Nombrar a Byobu es decir A., es decir B. simultáneamente; invocar sin recelo al demonio de las encrucijadas. Sin embargo, Byobu nebulosa, By-o-bu ironía, es más que eso. Es personaje. En El ABC de Byobu la lucidez, y no lo superfluo, opta por lo prolijo, concibiendo la disyuntiva cotidiana como inagotable fuente de reflexión.
Entre la última literatura uruguaya considerada “joven”, el nombre delpoeta y narrador Horacio Cavallo resulta ineludible. Su escritura consigue, sobre todo en su capacidad para componer imágenes perdurables o atrapar climas indecisos, una precisión que invita a lo cinematográfico.
Sofi Richero, Brecha
Frase a frase Oso de trapo es impecable. En ese contexto local, la dedicación a lo estructural de Cavallo, su recuperación de asuntos formales que preocupaban a los escritores hace medio siglo deberían interpretarse como una muestra de autonomía saludable.
Gabriel Lagos, La diaria
Los que no lo habían leído es probable que si ahora lo hacen se lleven una buena sorpresa. Los que ya conocían su escritura verán más que colmadas sus expectativas. Cavallo promete y cumple. Remata acertadamente su imaginación y su trama.
Melisa Machado, Revista Dossier.
Ese trato con el material, esa mano firme para sujetar la invención, así como la conciencia de escritura, son las razones para que ese Premio Municipal obtenido en 2007, por una vez, no sea un reconocimiento relativo sino la constatación de un valor literario real.
Un grupo de mediocres policías intenta mantener su vocación de servicio protegiendo un cementerio de delincuentes tan miserables como ellos mismos.
La narrativa de Santullo fluye naturalmente, con personajes aparentemente sencillos, casi mediocres, construidos a través de diálogos alrededor de un fuego mísero, dentro de un cementerio de mala muerte. Una novela realmente recomendable, entretenida y de fácil lectura.
Gonzalo Delgado, revista Sala de Espera
Santullo destaca con una prosa distintiva que lo aleja de los afanes existenciales de la generación posdictadura y los devaneos popde los noventa, volviéndolo un autor inclasificable. (…) Sus grandes temas narrativos -los ambientes opresivos, los brotes de acción, los personajes ambiguos y ligeramente patéticos- están presentes en esta novela que, una vez cruzada su puerta, es imposible dejar de leer.
Martín Bentancor
El de Cementerio Norte es un realismo severo y discretamente triste que no duda en incluir clichés del imaginario nacional (mate a toda hora, vicios y pequeñas corrupciones de funcionarios públicos, penurias económicas de los policías), a los que sabe imprimir el tono justo y sobriamente burlón que bordea una esquiva noción de identidad cultural. Consciente de que la fragilidad humana es infinita, el autor explora este universo con emoción y técnica solvente.
Alicia Torres, Brecha Semanario
PRÓXIMOS LANZAMIENTOS
Título: “El color Pharmakon”.
Autor: Fernando López Lage.
Género: Ensayo.
Sello: Estuario.
¿Es posible pintar con el color irrestricto, ambivalente, el dolor de las pérdidas, el dolor del olvido, el odio hacia la impunidad?, ¿es posible usar el color irrestricto como resistencia política? A partir de estos cuestionamientos surge la idea del color como un Pharmakon. Este proceso de investigación ha transitado por muchos lugares aparentemente inconexos, que no se relacionan directamente con la teoría del conocimiento del color.
Desde lo aparente de los caminos que el autor recorre con artistas y las justificaciones de sus obras, procesos artísticos de otras disciplinas, los pensadores y filósofos que enriquecen con su pensamiento la producción simbólica, surgen capítulos como una forma de archivo externo. Cada una de las ideas está teñida, iluminada, manchada por el color Pharmakon y la metáfora que lo transforma en una herramienta política que desarticula y desenfoca la mirada eurocéntrica y la concepción del arte que se viene proyectando desde la era moderna.
Este ensayo es una anamnesis donde el punto de partida es la teoría del color y sus múltiples acepciones.
Vinculadas a temas subyacentes se plantea un punto de vista donde se visibiliza la herida de la colonialidad, el racismo, los problemas de género en su amplia acepción, planteados por la historia hegemónica y su normatividad.
Hace un trayecto que recorre las bases de lo fundacional de nuestra cultura occidental y se sumerge en las problemáticas contemporáneas, un punto de vista singular y cuestionador del basamento moderno uruguayo.
Título: “El simple arte de caer”.
Autor: Renzo Rossello.
Género: Novela negra.
Sello: Estuario.
Hace muchos años intenté plantear las claves del género en una suerte de traducción criolla. Y así inventé a Obdulio Barreras, que además de homenajear al capitán celeste del 50 intentaba traer la figura del legendario detective a la altura de nuestros sucios adoquines. De aquellos esbozos de hace más de tres décadas solo sobrevivió Blues del raje. Hace un par de años, sin previo aviso, Barreras volvió a darme noticias inesperadas. Estaba preso y me proponía resolver un enigma de habitación cerrada a la Dickson Carr, un poco como broma pesada. Se llamó El problema de la celda 4, el cuento tuvo su vida fugaz en la revista Lento. De ese modo me enteré de que Barreras no solo estaba vivo, sino que estaba en problemas. Y me decidí a rescatarlo, de esa ímproba operación salen estas cuatro novelas cortas.
Renzo Rossello
Título: “Bogotá 39. Nueva narrativa latinoamericana”.
Autor: Varios autores.
Género: Narrativa.
Sello: Estuario.
«Las voces que resuenan en esta antología son francamente diversas. Podemos dar cuenta de la aparición de un nuevo realismo más descarnado, más afilado, que aborda lo social y lo doméstico sin ningún tabú, y con un lenguaje que no teme ser cáustico, implacable, duro; del ingreso de lo virtual a la literatura y de la desaparición de la escritura como preocupación de los escritores; de la franca desintegración de las fronteras entre la ficción y la no ficción, y de la osada exploración de nuevas formas de escribir que se acogen a las formas tradicionales o las subvierten con la misma pericia.
Estos nuevos escritores latinoamericanos ya no están esperando modositos a que los saquen a bailar. Son libres de andar por donde quieran y de hacer lo que quieran, con la tranquilidad que le da un escritor saber que, por fin, es dueño de su tradición.»
Cuando Federico García Lorca, tan admirado y querido por Jorge Arbeleche, presentó a Pablo Neruda ante un auditorio de estudiantes españoles, dijo: “La poesía requiere una larga iniciación como cualquier deporte, pero hay en la verdadera poesía un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir.”
Precisamente, encuentro en la poesía de Jorge Arbeleche, luego de cincuenta años de ejercicio creativo continuo, infatigable, severo para con su propia práctica escritural, un perfume, ese “magma ajazminado” que recorre la entonación de sus versos, un acento que otorga a su escritura esa “húmeda frescura” que la mantiene indemne al tiempo y a los lectores sucesivos, un rasgo luminoso, que transforma su obra, desde el fundacionalSangre de la luz (1968) hasta sus últimos poemas inéditos, en la de un clásico de nuestra lengua donde siempre se escucha “el eco sin final de la absoluta hondura”, donde siempre se invita, en un ágape dibujado en la red del lenguaje, del gozo y de la sombra, “a tejer los nudos infinitos de esa red”.