Alicia Guglielmo, nueva presidenta de la Cámara del libro.
Economista y administradora de la editorial Fin de Siglo, Alicia Guglielmo es desde hace dos semanas la presidenta de la Cámara del libro. A pocos días del comienzo de una nueva edición de la Feria del Libro, conversamos con ella sobre sus planes al frente del organismo.
Guglielmo se identifica con la corriente política conocida como «Generación 83»: «Ciencias Económicas fue un hervidero de diversidad. En las asambleas teníamos a personas como Isaac Alfie o Javier de Haedo, que defendían cosas parecidas a las que defienden ahora. Pero la amplitud y el respeto eran tales que nos formó a todos, nos enseñó que el otro siempre tiene algo de razón». Esa misma actitud conciliadora aparece cuando aborda las posibles diferencias internas de la cámara, cuya dirección integra desde hace seis años, y que ahora presidirá por dos más.
-¿Qué cambios pueden esperarse en el trabajo de la cámara a partir de ahora?
-En realidad, me siento continuadora del trabajo que se venía desarollando desde hace años, con las presidencias de Álvaro Risso y de Boris Faingola. Siempre estamos tratando de difundir el libro y de profundizar su penetración en el país y en el exterior, de intensificar la comunicación con la gente. Ahora mismo estamos terminando el programa de la Feria del Libro: hay 116 actividades, prácticamente no hay horarios libres, salvo bien temprano en la mañana. La gente que trabaja con el Cluster Editorial -que también integré- presentará en la feria el primer catálogo de libros uruguayos; es una publicación de buen nivel, a todo color, bilingüe, diseñada para llevar al exterior. Nuestra preocupación actual es hincarle el diente al libro digital y profundizar la presencia afuera. Llevar más información de los autores al exterior y al interior, promover un mayor contacto directo con los lectores; todo eso sigue siendo parte de nuestros planes. Diría que nuestra obsesión es la difusión.
-El jueves que viene organizan un taller sobre edición digital.
-Por primera vez, como actividad preparatoria de la feria, vamos a traer a un conferencista colombiano Jaime Iván Hurtado Bonilla. Su taller se extenderá por un día y medio y girará en torno a la hechura del libro digital, a la parte práctica.
-El año pasado ya había venido el chileno Paulo Slachevsky para hablar del tema.
-Pero vino a dar sólo una charla, en el marco de las jornadas profesionales de la feria. Esto va a tener mayor duración y un contenido más amplio, y va a ser con entrada libre, aunque hay que inscribirse. Creo que es un buen insumo para seguir discutiendo el tema. Necesariamente en algún plazo, que no puedo determinar, vamos a tener que editar libros uruguayos en formatos digitales. Ahí el gran tema es el contenido: el fenómeno hasta ahora está siendo liderado por empresas que venden aparatos de lectura, no por quienes hacen contenidos, entonces da lo mismo lo que pongas adentro. Nosotros somos la contracara, exactamente al revés: nos importan los contenidos y el formato nos resulta secundario. Por eso tenemos que capacitarnos, sobre todo para respetar los derechos de autor. Porque esto se puede vincular con la reprografía. Hay quienes dicen que los libros son caros, entonces mejor fotocopiarlos, pero así la cultura no avanza y el autor se perjudica; es un delito, ya que se beneficia un tercero que no interviene en la producción. En el fondo, el debate es cómo la industria editorial puede contribuir a un futuro mejor. Estamos convencidos de que si se lee más, disminuyen algunos problemas de la sociedad. Cuando una trabaja en la cultura apuesta a que la sociedad sea mejor, en definitiva.
-Tus antecesores han defendido la falta de invitados de otros países en nuestra Feria del Libro (sobre todo si se la compara con otras internacionales), basándose en que se trata de un evento centrado en el autor nacional.
-No es tan así. Sabía que iban a venir por ese lado y tengo la respuesta perfecta: para esta edición va a venir Daniel Chavarría. Es cierto, es uruguayo, pero vive en Cuba hace décadas y, en realidad, llega gracias a la embajada de ese país. Es un escritor excepcional, ganador del último Bartolomé Hidalgo [por la novela Viudas de sangre], y queríamos que viniera desde hace mucho. Además, este año el pasaje entre la carpa y el espacio en el hall de la intendencia va a estar cubierto por stands de las embajadas de El Salvador, Ecuador, Cuba, Irán y Panamá, y todas van a organizar actividades. Como cámara fuimos invitados a la Feria del Libro de Panamá y ahora como contrapartida ellos estarán presentes aquí; se crearon muy buenos vínculos, especialmente en literatura infantil. También viene el autor de El secreto de tus ojos, el argentino Eduardo Sacheri, que está presentando su nueva novela. Cuando tenés 116 actividades es claro que se trata del evento más importante de la cultura en formato libro. Pero además, incorporamos otras manifestaciones: en la apertura va a actuar el elenco de El Galpón, con A don José, sobre textos de Mauricio Rosencof, y en la entrega de los Bartomé Hidalgo va a tocar Orgánica. Y además, hay de todo: Santillana, aparte de ser la editora de Chavarría y Sacheri, va a presentar un libro sobre Tony Pacheco. Los autores infantiles van a estar todos; tienen la costumbre de tener un contacto directo con sus lectores en la feria. Y la cámara en sí va organizar dos actividades: una mesa en homenaje a los 50 años de Banda Oriental, que va a coordinar Jaime Clara e integrarán los fundadores de la editorial, Alcides Abella y Heber Raviolo, y también los escritores Mario Delgado, Tomás de Mattos y el artista Fidel Sclavo. La otra es la reedición de una actividad que la cámara organizó en la Feria del Libro de Buenos Aires, en la que Carlos Demasi, Gerardo Cetano, Lincoln Maiztegui y Ana Ribeiro discutieron sobre el Bicentenario uruguayo. La vamos a titular «¿Bicentenario? ¿De qué y para qué?», y esperamos que se repita la polémica.
-Por primera vez en mucho tiempo la Intendencia de Montevideo no va a realizar su concurso literario en paralelo con la feria.
-En el programa no está.
-El concurso para el afiche de la feria fue declarado desierto. ¿Cómo se solucionó?
-Entendemos que ninguno de los trabajos nos convenció. No fue un problema técnico ni un juicio sobre belleza artística, sino simplemente que ninguna propuesta era fuerte a nivel de comunicación. Decidimos encargárselo a Maca [Gustavo Wojcechowski], que también está al frente de la editorial Yaugurú.
-¿Se va a volver a la feria de Frankfut?
-El año pasado fuimos por primera vez por iniciativa del Ministerio de Educación y Cultura [MEC], un poco porqueArgentina era el país invitado de honor, para aprovechar y presentar la cultura en común. Pero no sé si volveremos; para la asistencia a ferias internacionales dependemos mucho del apoyo estatal. No tenemos rubro. Nuestro único ingreso es la cuota mensual que pagan los socios y lo que recaudamos en la feria. Increíblemente, la feria no tiene sponsors: no hay empresa, grande, chica o mediana, que apoye económicamente a un emprendimiento que convoca a cientos de miles de personas durante dos semanas. El único apoyo viene de UTE que, a cambio de un espacio, nos da el aumento de potencia que necesitamos para el evento.
-¿Cómo es el vínculo entre la cámara y el Cluster Editorial?
-La cámara integra el cluster, que tiene una conformación muy amplia. El directorio que asumió ahora decidió qué editor, librero y distribuidor serán sus representantes, como pide el MEC, pero además participa como asesor el contador de la cámara, además de Álvaro Risso, que le da continuidad al trabajo anterior, y la gerente de la cámara.
-¿Qué balance hacen de su funcionamiento en estos dos años?
-Ha sido una experiencia que nos permitió participar en eventos internacionales. La cámara presentó un proyecto para ello y fue aceptado. Gracias a eso fuimos a Frankfurt, Buenos Aires, Guadalajara y Panamá. Se recurrió a fondos de organismos internacionales, como Unesco. La evaluación final creo que corresponde al cluster como tal; no querría meterme en eso porque yo participé desde el origen, cuando Gustavo Bouquet presentó el proyecto en España. Ha sido una experiencia con idas y venidas.
-¿Cómo se relacionan dentro de la cámara las editoriales locales y las filiales de multinacionales?
-La cámara tiene tres sectores; es de las pocas en el mundo que incluye toda la cadena del libro: editores, libreros y distribuidores. El presidente anterior, Risso, estaba como librero por Linardi y Risso (que también es editora), y el que lo precedió, Boris Faingola, es un distribuidor (de Aletea, que importa los libros de Ziraldo, entre otros). Por eso, el turno ahora era para un editor. Actualmente, el directorio se compone de tres de cada sector: por el editorial, estamos Luis Sicca, gerente de Random House, Margarita Peri, de la Editorial Agropecuaria, y yo. Como verás, tenemos una representación muy variada: una editorial muy técnica y específica (y muy antigua), una de las editoriales más grandes del plantea y Fin de Siglo, una editorial uruguaya. La cámara intenta representar los intereses que nos son comunes. Fuera de la cámara seguramente nos vamos a pelear, porque hilando más fino tenés intereses contrapuestos con editoriales, pero también con libreros o distribuidores. Pero la cámara funciona porque buscamos lo que nos es común: la difusión del libro, buscar que crezca el mercado de lectores, el fomento de la lectura. En el aspecto comercial no nos vamos a poner de acuerdo, pero eso no lo llevamos a ese ámbito.