Fotoreportaje a Fabián Muniz, autor de La epopeya de las pequeñas muertes.
Novela que le valió el Premio Gutenberg 2017
¿Cuál fue el proceso de creación de “La epopeya…”?
“La epopeya de las pequeñas muertes” fue escrita en 2013. Empezó con unos poemas que yo estaba escribiendo en la máquina. Iba acumulando las hojas y veía que todos eran poemas en prosa, y que en ellos se iba formando el esbozo de Renato Pérez, o de Héctor Jaunarena dándose un balazo. Después lo único que me hizo falta fue pensar en Applecore, en un discurso narrativo que contuviera y desarrollara esos poemas en prosa, y la cosa empezó a avanzar. Me hice el árbol genealógico de los personajes para no perderme o marearme. Y algo que me resultó muy curioso es que varios lectores me dijeron que ellos también se fueron trazando un esquema con las filiaciones de los personajes mientras leían. Fue un proceso largo. Cinco meses aproximadamente en los cuales dedicaba todas las mañanas a escribir. Me levantaba a las seis y a eso de las siete ya estaba dale que te dale con el tecleo de la computadora, y paraba al mediodía para cocinar, preparar clases, corregir cosas del liceo. Trabajaba en el turno nocturno, entonces esa fue mi rutina. El producto final es lo que anda en la vuelta. Leer “La epopeya…” es como meterse en un bosque oscuro, donde los claros entre tanta fronda son pocos, y hay que esforzarse por encontrar un sitio en donde te dé el sol. Soy consciente de eso. Aunque también tengo una idea distorsionada de la novela, por ser el autor. Me la figuro mucho más críptica de lo que en realidad le resultó a muchos lectores que me escribieron para felicitarme o comentarme cosas. Varios me dijeron que la leyeron de un tirón. Lo que más me alegra es que a tantos les haya gustado el lenguaje con el que está escrito el libro, porque a la elegancia de la prosa es uno de los aspectos a los que les dedico más tiempo. Que nunca falte el bello estilo, la elocuencia, la eufonía…