En esta ocasión, En Perspectiva dedicó su entrevista central a indagar en la vida y obra de Juan Grompone. Este ingeniero industrial polifacético ha transitado por diversos rubros, desde las telecomunicaciones, a la informática, la docencia y también la literatura. Justamente, en relación a esta última actividad es que recibió el premio Bartolomé Hidalgo 2012 a la Trayectoria, gracias a una profusa obra con la que incursionó en la novela histórica y policial, ensayos y artículos científicos, e incluso el periodismo. Junto a sus compañeros de La Tertulia de los Viernes, conversamos con él desde la Feria Internacional del Libro.
EMILIANO COTELO:
Juan Grompone es toda una personalidad de la cultura del Uruguay. A los 73 años de edad, este ingeniero industrial especializado en informática y comunicaciones ha sido un prolífico escritor de novelas, cuentos, ensayos y artículos científicos, más notas periodísticas. Se ha desempeñado como docente universitario en distintos países. También ha sido empresario, e incluso uno de los pioneros de la computación en Uruguay. Una vida intensamente vivida que se merecía un premio a la trayectoria.
El fin de semana pasado, aquí en la Feria Internacional del Libro, la Cámara Uruguaya del Libro dio a conocer los ganadores de los Premios Bartolomé Hidalgo 2012. Y el Premio a la Trayectoria correspondió a Juan Grompone, el mismo Juan Grompone que cada viernes recibimos en nuestras Tertulias.
Por eso esta mañana, vamos a comenzar nuestra emisión especial desde la feria celebrando ese reconocimiento. Vamos a conversar con él, para repasar su obra, para conocer un poco más en detalle algunas de las múltiples actividades en las que se ha metido, generalmente con éxito.
Para Juan esto es un madrugón, para él estas horas son salvajes, ese es un primer detalle que ya podemos ir incorporando sobre su personalidad, su manera de ser.
JUAN GROMPONE:
Me da mucha vergüenza delante de dos destacadísimos autores uruguayos como son Carlos y el Ruso tener que hablar de mí, de esto.
EC – Ya hemos tenido otras oportunidades para hablar de Carlos, para hablar de Mauricio, hoy es tu turno. De paso, dame algún otro detalle de tus costumbres, ¿cómo te llevás con el día, con la noche?, ¿cómo son tus horarios habituales?
JG – Yo soy básicamente nocturno, eso quiere decir que me da trabajo madrugar. Por ejemplo, madrugar para esta hora.
EC – El horario de las 9.30 de la Tertulia está en el filo de lo tolerable.
JG – Absolutamente.
EC – De la Tertulia está con nosotros también Mauricio…
MAURICIO ROSENCOF:
Juan tiene una costumbre que es como del siglo pasado, que nadie detecta, pero cuando terminamos la Tertulia allá en la radio y salimos, él tiene un estilo de caminar que un poco se ha perdido del folclore: pone las dos manos atrás, a la espalda, una apoyada en la otra, y camina así, como esos patricios. Un día te lo filmo.
EC – También están Carlos y Matilde.
Juan, tú te graduaste de ingeniero en el año 1967, y tu primera novela se publica 23 años después, en 1990, cuando se edita “Asesinato en el Hotel de Baños”. Cuando estudiabas ingeniería, ¿ya tenías desarrollada también la vocación por esas otras actividades intelectuales a las que te fuiste volcando después, la narrativa y el ensayo?
JG – Sí, incluso escribí dos o tres novelas que por supuesto están tiradas por ahí, espero que se hayan perdido, porque eran muy malas. Pero además de eso, antes de mi primera novela había escrito varios libros, mi primer libro fue un libro técnico, un libro en educación de electromagnetismo que ganó un premio en España. Y luego escribí algunos otros libros, por ejemplo un libro para enseñar la física en la escuela, que era muy lindo. Hacía experimentos con objetos cotidianos, a pedido de la gente de Magisterio. También había escrito otro libro que fue el colmo de la inoportunidad, que se llamaba “Las leyes de El capital”, del libro “El capital” de Marx, que fue publicado en 1973, unas semanas antes de que comenzara la dictadura.
EC – Qué olfato el tuyo.
JG – Una performance fantástica.
MR – ¿Fue una de las causas?
JG – Es posible, se la vieron venir.
EC – Podría agregar, para que tú confirmes, que mientras estudiabas ingeniería escribías en el semanario Marcha.
JG – No, ya estaba recibido, ya había terminado mi carrera. Empecé en el 68 a escribir en el semanario Marcha, en la página de científicas, hasta el 73, hasta que se cerró.
EC – ¿Cómo se explica esa inclinación paralela por la literatura, por la ensayística? ¿Cuánto influyó para eso el ambiente familiar?
JG – Cien por ciento. Yo nací en una biblioteca, la biblioteca de mi padre era enorme. Casi se podría decir que era una biblioteca con habitaciones, con casa alrededor, pero era una biblioteca, básicamente. Estamos hablando de posiblemente 30.000 volúmenes. Eran dos grandes bibliotecas en las que había libros en español, en francés, en inglés, en italiano, en alemán, en fin.
EC – Para que los oyentes se hagan la composición de lugar: el padre de Juan Grompone fue Antonio Grompone, abogador, profesor y catedrático de filosofía, fundador del Instituto de Profesores Artigas (IPA), del que fue director hasta su fallecimiento.
CARLOS MAGGI:
Y que caminaba así como describió el Ruso.
EC – Y la madre de Juan Grompone fue María Carbonell, psicóloga y docente universitaria. Ese fue el contexto, ese fue el mundo en el que te criaste. ¿Cómo fue que saliste para el lado de la ingeniería, entonces?
JG – Falta un tercer integrante no de la familia pero casi, que fue Eladio Dieste. Cuando yo nací Eladio Dieste vivía en mi casa, porque estaba estudiando ingeniería. Y además, luego continuó durante toda la vida viniendo religiosamente a almorzar los sábados.
EC – Ese dato sí que es bueno, no lo conocía para nada.
JG – Esa es la fuente de ingeniería. Además mi padre insistía mucho en que había que estudiar ciencias. Mi hermano, también, es ingeniero químico.
EC – ¿Políticamente cuál es tu definición?
JG – Yo soy frentista disidente.
EC – ¿Por qué? ¿Siempre fuiste?
JG – Yo tengo vocación de disidente, mi formación es más bien tipo anárquica. Entonces en general discrepo con la versión oficial. Creo que es importante que haya disidencias; la verdad sale de la discrepancia.
EC – Pero antes de que existiera el Frente Amplio, ¿cómo te parabas?
JG – Votaba a los partidos de izquierda, voté alguna vez al Partido Comunista y alguna vez al Partido Socialista.
EC – Sí hay una definición marxista en tu cabeza.
JG – Sí, sí, sí. Yo empecé a leer a Marx, empecé a leer “El capital” cuando tenía 16, 17 años, no entendía casi nada. Y después lo volví a leer de ingeniero, junto con un amigo nos reuníamos una vez por semana a estudiar “El capital”, lo leímos desde la primera línea hasta la última línea del cuarto tomo. Fue una experiencia muy linda y muy enriquecedora.
FUENTE: espectador.com